No cabe duda que su paso por Liga Deportiva Alajuelense dejó una marca imborrable, para la institución y para los miles de aficionados. Siempre será recordado por su entrega, su buen fútbol, pero sobre todo por su pasión a los colores rojo y negro.
Wilmer López, quien fuera volante del cuadro erizo de 1993 a 1997 y luego de 1999 al 2007. Su juego de despedida en el Alejandro Morera Soto, aquel 23 de julio del 2009, caló dentro de la afición y marcó el nacimiento de un ídolo rojinegro.
Su euforia en cada triunfo, en cada gol que celebraba, donde en más de una ocasión se mezcló con decenas de seguidores liguistas. Esa misma emoción, la ha llevado al banquillo, donde con el cuerpo técnico encabezado por Javier Delgado y Cristian Oviedo (tres manudos de los buenos), y ha quedado retratada en el entusiasmo con el que han celebrado los cinco goles que mandaron a la Liga a la final del Verano 2016.
No hay que engañar a nadie, un clásico se vive diferente. Como jugador se vivió intensamente e igual pasa ahora en el cuerpo técnico. Hay que disfrutarlo bastante, más que es un triunfo es contra en archirrival y en su casa. Esto va a caer muy bien en nosotros y toda la afición liguista”.
A pesar de su retiro, el ‘Pato’ siguió ligado a la casa de don Alejandro Morera, y fue parte de entrenar las ligas menores con Alajuela Jr.
De ahí trabajó con varios talentos que hoy son una realidad y otros que están iniciando y, a su criterio, tienen un gran futuro.
La formación que han tenido ha sido intensa. Le hemos aportado nuestro granito de arena. Hoy pueden ver a un Harry Rojas haciendo buenas actuaciones y está dando de que hablar. Eso es gracias al proceso de ligas menores. Lo hemos visto con José Guillermo Ortiz que es un goleador, el caso de Esteban Marín, Juan Pablo Vargas y muchos que vienen por ahí. Eso nos alegra.
López vivirá una final más con su amado Alajuelense. Él ganó muchas y perdió otras. Hoy está a las puertas de una diferente, esta vez desde el banquillo.
