Urge diversificar el videoarbitraje para erradicar deshonestidades en el fútbol

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Esta es la fórmula para eliminar lamentables artimañas. Foto: FIFA

El fútbol mundial necesita poner fin a una historia llena de desafortunados y polémicos incidentes que han perjudicado a numerosos equipos por desaciertos arbitrales. Aunque la mayoría de casos suelen reportarse como “errores humanos” del silbatero, muchos se dan por desagradables amaños que terminan de ratificar lo urgente que se torna implementar el VAR (árbitro asistente de video).

A la fecha, este sistema de videoarbitraje no se ha consolidado en ninguna de las principales ligas de clubes del mundo, aunque ya se usa en Corea del Sur, Australia y Estados Unidos. Sin embargo, ya se ha utilizado en algunos torneos importantes, por ejemplo el Mundial de Clubes 2016 y la Copa Confederaciones 2017, y se empleará en el Mundial de Rusia 2018. En los certámenes ya realizados, este mecanismo dejó sensaciones muy variadas en cuanto a su forma de operar, la cual, pese a ser un poco lenta para algunos, garantiza la justicia durante el cotejo.

La metodología del VAR consiste en darle autorización al juez central para que asistentes capacitados, ubicados en una oficina acondicionada con videocámaras, certifiquen legalmente lo que ocurrió durante el desarrollo del partido. Si bien, por reglamento este mecanismo está autorizado solo en jugadas con goles, penaltis, tarjetas y confusiones, obligar la diversificación del VAR le ayudaría a la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) a limpiar la práctica del fútbol y blindar los arbitrajes de errores arbitrales lamentables.

Ahora bien, existen aficionados y protagonistas del fútbol quienes, sin fundamentos, rechazan este recurso por la pérdida de tiempo que requiere el análisis de las acciones durante el juego. No obstante, está claro que su implementación implica la reposición del tiempo necesario y los resultados han sido favorables.

No es correcto que por tradición se continúe perjudicando el esfuerzo de 11 futbolistas durante un partido, ya que muchas veces no se juegan únicamente los tres puntos de un cotejo de temporada regular, sino finales con un título en disputa. En este sentido, la puesta en marcha de esta medida podría significar un efectivo control de las actuaciones arbitrales, pues la inmediatez no debe superar la justicia.

Es comprensible el sentimiento cultural que implica el VAR en la percepción de los espectadores, al ser un sistema innovador visto con muchas dudas.  Desafortunadamente, se ha llegado a ver como algo normal las repetidas injusticias durante el desarrollo de un partido, las cuales no pueden ser corregidas a simple vista.  Seguir con esa mentalidad es peligroso pues podría tornarse un aliciente para que no se acaben las deshonestidades y artimañas en el deporte más comercial del orbe.

Sin duda, se necesita que la FIFA invierta en el desarrollo del videoarbitraje para que, a corto plazo, este mecanismo de control adquiera valor en todo el mundo, incluyendo en Costa Rica. Con esto se podrá disfrutar plenamente del espectáculo; el miedo a esta herramienta sólo deberían tenerlo quienes están acostumbrados a ser tramposos.

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