No hay sentimiento más fuerte para un aficionado de futbol que ver a su equipo jugar un clásico nacional. Las emociones despiertan como nunca antes y durante más de dos horas paralizan a las dos aficiones más grandes de Costa Rica.
Si para un aficionado es importante, para un futbolista es casi un sueño cumplido. Con más razón si juega con el equipo de sus amores y donde inició su carrera futbolística.
Los casos de Steven Bryce, Rolando Fonseca, Armando Alonso y hasta Diego Madrigal son de los más recientes. El próximo domingo se vivirá un nuevo capítulo, donde la polémica no faltará.
Diego Calvo regresó el año pasado a Liga Deportiva Alajuelense. Se esperaba mucho de él sin embargo no tuvo los minutos que deseaba y su participación fue discreta. Al final del Torneo de Invierno 2015 y como parte de las medidas tomadas por perder la final ante Saprissa, salió del cuadro manudo, con algunos inconvenientes entre jugador y dirigencia.
La sorpresa se dio el 20 de enero de este año, cuando fue presentado con los morados. Aficionados de ambas escuadras no se quedaron sin sus criterios, positivos y negativos.
Para un sector de la hinchada liguista fue como una traición. Pasar al archirrival en cuestión de días es hasta imperdonable. Los saprissistas, por su parte, entre apoyo de recibir a un trabajador del futbol que estaba desempleado y encontró una nueva casa, y la duda de que un fichaje así es difícil de aceptar.
Calvo será un factor a seguir en el Clásico de este domingo y la expectativa crece. Será seguido en cada movimiento, cada pase y por qué no, ser clave en una asistencia o una anotación.
El ambiente hostil en el Alejandro Morera Soto será inevitable para un futbolista que nació y creció en cuna manuda, pero las circunstancias de la vida viste los colores del acérrimo rival.
