Partido movido desde el segundo uno, con buenos pases, ordenado, fluido, rápido. Ambos equipos salieron con la esperanza de que saliera todo lo que no salió a lo largo de la temporada. El ritmo de juego se mantenía, ida y vuelta, Limón lideraba el ataque pero le faltaba calma, Sporting lo intentaba en el contragolpe pero le faltaba concentración.
El cansancio por supuesto iba haciendo lo suyo, y parte de ello también la prudencia, pues ambos equipos bajaron las revoluciones, al ver que el trabajo hecho hasta ahora no bastaba para que llegara el gol. Pese a que los jugadores mostraban garra y ganas de sacar ventaja cuanto antes, los minutos antes del final de la primera parte fueron monótonos.
Para la segunda mitad el ritmo no cambió, pero ya ni el balón ni las piernas corrían como en los lejanos primeros minutos. Empezaban a aparecer los pelotazos sin rumbo como el augurio de un aburrido desenlace, aparecieron también las faltas, los choques y balones parados, y el tiempo era una tortuga con caparazón de plomo, lento y pesado, ninguno quería perder, pero se les estaba olvidando ganar.
En los últimos diez minutos el buen trabajo colectivo y el desempeño individual se fue diluyendo, pero cuando parecía que las expectativas del inicio fueron un auténtico espejismo, la chispa por fin llegó a ser fuego. Una serie de rebotes en el área limonense fue a parar a los pies de Jaylon Hadden, quien propinó un remate picado al palo contrario al que Esteban Alvarado iba caminando, y donde ni siquiera pudo hacer el intento de llegar.
Así, en el epílogo -aunque todo el partido lo fue- Sporting encontró un gol de oro que le hace tener un pie en la Primera División, lo que obliga a Limón a arriesgarlo todo en el partido de vuelta -sí, aún falta más-.
El primer round por no descender tuvo tres minutos de agregado, pero ya la historia, así como esta, quedó escrita.
Síntesis
Goles
85′ Jaylon Hadden (LFC 0 – 1 SFC)