Opinión: Venderle el alma al Diablo

Liga

“Algunos creyentes invocan a Benito para protegerse contra las picaduras de las ortigas, el veneno, la erisipela, la fiebre y las tentaciones.” —San Benito, Wikipedia

En Alajuela, invocaron a un Benito con la intención expresa de acabar con todos los males, tal como se expresa en ese casi grandilocuente credo. Sin embargo, ocho meses y once días después de la llegada del ‘aparentemente’ laureado entrenador, la realidad es otra.

Con 26 partidos a cuestas, ocho derrotas, nueve victorias y nueve empates, Benito tiene a toda la afición, directiva y al mismo club comiéndose las uñas por el rendimiento de un 28.08% exacto. Terrible. Preocupante.

La mirada fría, el desparpajo en la respuesta, la arrogancia patente en cada una de sus respuestas y esa sensación de que algo va a salir terriblemente mal en Alajuela, personalmente, me acompañan desde meses atrás cada vez que miro al caballero de triste figura que mucho dista de un Quijote.

Lo más preocupante de la situación, la información sobre el contrato difundida ayer, el símbolo del jaque en el que está la dirigencia alajuelense, su afición y el mismo club. Una cláusula de resición de contrato con la que podrías volver a traer a jugar a Bryan Ruiz a la Liga, por ejemplo, y notar más y mejores resultados que los vividos en estos meses.

Yo, como amante del futbol de Costa Rica, espero que la situación de la Liga se solucione. Incluso el jueves, en el Nacional y después de ver el marcador en contra, tenía la fe de una remontada al ver la lucha de Jonathan McDonald en el campo, ¡como haz cambiado Mac!, sos el líder que el equipo ha ocupado hace rato en la cancha, pero estás solo ahora.

Poniéndome del lado del aficionado manudo yo estaría furioso, decepcionado, con un frío en la espalda como sintiendo que ese rojinegro ya no es del equipo de mis amores, sino de las llamas de un infierno sombrío de futbol, con un diablo antiguo, de gesto duro y arrogante mirada, relamiéndose los labios por la sangre de mi institución.

No soy rojinegro, pero me duele ver a un club histórico ver comprometido su destino en medio de la aparente desidia de unos, las cadenas contractuales de otros y las lágrimas de dolor de una afición que daría todo por su Club. Ojalá me equivoque, pero ya hemos visto morir y decaer a otros grandes, y con ello, el que sufre siempre es el fútbol Nacional.

Con el debido respeto, pero creo que en Alajuela debemos pensar más en conseguir medallas de San Benito para que libre a la Liga de tanto de eso que parece venir.

“Es de bien nacido ser agradecido”, espetó Benito este viernes.

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