Siempre hay una primera vez para todo. Un partido, un gol, un triunfo, un título, en fin, en el fútbol, las primeras veces son muy frecuentes.
Sin embargo, hay algunas de esas “primeras veces” que resultan muy difíciles de conseguir. Y esta tarde, Luis Fernando Suárez, lo logró.
El técnico colombiano renovó por otros cuatro años mas con la Federación Costarricense de Fútbol para mantenerse a cargo de la Dirección Técnica de la Selección Mayor Masculina.
Esto es algo que, desde 1990 que Costa Rica clasifica a las Copas del Mundo, nunca había sucedido. Vamos con el historial.
El trotamundos
En 1990, el serbio Velibor “Bora” Milutinovic, llevó a la Tricolor a los octavos de final donde se perdió por marcador de cuatro a uno ante Checoslovaquia con tres goles de Tomás Skuravy.
Luego del Mundial, el multimundialista se fue para los Estados Unidos a guiar a la selección de las barras y las estrellas en lo que sería “su” mundial en 1994. Tras la salida del europeo, Rolando Villalobos, asistente de Bora en 1990, tomó su lugar.
¡El que con quién se celebró, carajo!
En 2002, Alexandre Guimaraes terminó un recordado paso por quizás una de las selecciones nacionales que mejor fútbol desplegó en su historia.
Luego de perder 2-5 ante el futuro Rey del Universo de ese año, Brasil, Guila dejó su puesto. El mismo lo tomó de forma interina Rodrigo Kenton, para que luego el norteamericano Steve Sampson fuese el que arrancara el proceso a Alemania 2006.
Las segundas partes son casi siempre malas
Hablando de Alemania 2006, dicen que las segundas partes casi siempre son malas, y el caso de Guima no fue la excepción.
Tras el mayor fracaso mundialista, el tico-brasilero, dejó a la Tricolor en 2006, para que su lugar, también de forma interina, lo tomara Carlos Watson. Tras Watson llegó Hernán Medford para arrancar el proceso a Sudáfrica.
El que quedará en la historia
Pasaron ocho años para que Costa Rica volviera a un Mundial, perdón, AL MUNDIAL, porque Brasil 2014 quedará en la memoria de todos. Una aplicada y aguerrida selección dirigida por el colombiano Jorge Luis Pinto, he aquí una excepción del ejemplo anterior de que las segundas partes son malas, quedó en la historia de los Mundiales al ser la ganadora de “La Madre de los Grupos de la Muerte” y acabar como octava del certamen. Sin embargo, eso no fue suficiente para que el cafetero se quedara.
La relación irreconciliable del ex entrenador de Alajuelense y los jugadores, fue suficiente para que culminara la era de Pinto en La Sele. Su lugar lo tomó Paulo César Wanchope de forma interina, pero el buen nivel que mostraba aún la Selección, le dio cuerda para ser el “fijo” de la Mayor hasta la llegada de Óscar Ramírez.
Del agotado al aburrido
En 2018, un agotadisimo Oscar Ramírez no dudó ni un segundo en finiquitar su ligamen con la Nacional luego de su muy cuestionada gestión al mando del conjunto patrio.
Tras una presentación mediocre en suelo ruso, Ramírez decidió no seguir con la Tricolor, para que Gustavo Matosas tomara el mando y terminara bien aburrido de estar en nuestro país.
Si bien es cierto, el hecho que el Mundial fuera en noviembre y no en junio, le dio esa oportunidad a Luis Fernando Suárez para que por fin, un seleccionador pudiera romper esa “tradición” de no seguir en la Selección Nacional luego de una Copa del Mundo, por lo que pase, con la firma ya empalmada, el de Antioquía entró ya en esa particular historia de nuestro fútbol.
Foto: Steban Castro.
