El estadio Olímpico de Helsinki, en Finlandia, recibió a miles de hinchas vestidos con su blanca gala. Unos aficionados al Real Madrid, otros al Eintracht de Frankfurt.
Ambos clubes salieron a la cancha a disputarse la Supercopa de Europa, con sus credenciales de Campeón de Champions League y Campeón de Europa League.
El conjunto alemán se esforzó en hacer de su juego un estudiado y perfecto guion, y en dos ocasiones tuvo la oportunidad de ponerse arriba en el marcador. Courtois brilló en sus intervenciones y los de Frankfurt no volverían a tener una chance igual.
Los de Madrid empezaron a sacar provecho de la superioridad física y encimaron el área rival valiéndose de rapidez y potencia.
Un gol de David Alaba al 37 cortó el guion perfecto de los alemanes, posteriormente, Karim Benzema terminó por derribar las esperanzas del Eintracht con el 2-0 al minuto 65.
El Real Madrid empieza la temporada acreditándose como Supercampeón de Europa, como de costumbre: un Rey con todas las joyas en la corona, a la espera del Mundial de Clubes.
El dominio que el conjunto blanco tiene en Europa es absoluto, las noches de jornada internacional tienen un solo nombre, un solo color y dueño: son las noches blancas del Rey Madrid, parecido a aquel cuento de Dostoyevski.
