Hay inicios buenos, regulares, malos, malísimos y hasta los que nunca debieron debutar en la dirección técnica de un equipo; no obstante el de ayer de Oscar Ramírez en el Red Bull Arena de Nueva York no se le puede considerar así ya que pese a la derrota por la mínima ante Brasil, la Selección Nacional dejó a muchos con buen sabor de boca y con la esperanza que van a mejorar.
Fiel a su estilo y respetando el proceso de Jorge Luis Pinto y Paulo Cesar Wanchope, Ramírez volvió a la famosa “línea de cinco” de defensa, como central Giancarlo González acompañado por Johnny Acosta y Oscar Duarte, mientras que en los laterales Cristian Gamboa con la sorpresa de Ronald Matarrita.
En la media cancha la dupla Borges – Tejeda quería imponer respeto en el centro apadrinados por el capitán Bryan Ruiz en la derecha y Johan Venegas a la izquierda, mientras en la delantera Marco Ureña sin olvidar a Patrick Pemberton en la portería.
Los minutos empezaron a transcurrir y se notó una tricolor con mucha ansiedad, de querer crear juego lo más rápido posible, no obstante el último paso, el rematar al arco rival no importara si era dentro o fuera del área parecía “misión imposible”.
Al minuto 10 se vino una jugada de Hulk, de esas mano a mano que a los cariocas les encanta porque sale uno que otro amague mágico, su rival: Giancarlo González que con cuatro movimientos de cintura se quitó la marca y remató desde el centro para darle la victoria a los sudamericanos.
Jugadas que en el cual el tico se vio mal, pero lo que más le dolió a los aficionados fue que se la hicieron al “Pipo”, un jugador que no es común verlo en esos errores y que en ese momento era el cerebro de la defensa costarricense.
La sombra del mal arbitraje está más cerca de los ticos, cuando no les pitaron un penal claro a Bryan Ruiz en la primera parte y en el complemento un gol anulado pudieron inclinar la balanza, pero esto no fue posible.
En términos general se vio un equipo que en portería no hay alguna queja, Pemberton demostró una vez más que no importa si juega en el campeonato nacional o el extranjero, la calidad será la misma. Los defensas muchos sacaron buena calificación, principalmente en la velocidad por los costados que los brasileños creyeron que era su vía a la victoria.
Por su parte de la media cancha hacia adelante le tocará trabajar mucho en poco tiempo para tenerla a punto en las eliminatorias.
La próxima prueba de la selección nacional no será nada sencilla, Oscar Ramírez sentirá la presión del Estadio Nacional bajo un rival que desde el Mundial Brasil 2014 tiene una espina con nosotros: Uruguay.
